Difiero... Al conocimiento se llega mediante el cuestionamiento.
REGULACIÓN EMOCIONAL ¿ANTES O DESPUÉS DE LO QUE SIENTO?

Me invitó a comer un amigo, nos conocemos desde que éramos chicos; a él lo considero una persona de ésas que están en tu vida y en las que siempre puedes confiar; nos ha tocado pasar por diferentes etapas juntos: la escuela, la fiesta, las tristezas y las nostalgias; pero en esta ocasión pasó algo diferente, él siempre me ha comentado sus cosas, desde el reclamo, como si existiera una deuda entre lo que le sucede y lo que él quisiera que le sucediera, se le notaba muy angustiado, temas personales y laborales lo hacían que se sintiera muy presionado, me platicaba que no estaba pudiendo dormir, que las ganas de hacer cosas se habían ido, y que como siempre la vida no era justa con él.
Me interesó investigar sobre lo que me platicó y cómo podría, con un consejo, ayudarlo. Me encontré con un concepto muy interesante: la regulación emocional. Éste trata sobre el aprendizaje que podemos desarrollar para gestionar lo que siento, y posterior a eso, por tanto, lo que pienso.
Todas las personas tenemos nuestra realidad —la que sucede y la imaginaria—, y en ella, casi idénticas unas con otras, podemos encontrar alegrías y tristezas, preocupaciones y certezas, cariño y resentimiento. Como dice una amiga, "No hay corazón desocupado", pero entonces qué hace diferente que algunas personas vayan mucho más conformes con lo que les sucede, parecería que lo que pidieron se les concedió.
Entonces, y estudiando el tema de la regulación emocional, me doy cuenta de que esas personas que están más tranquilas tienen algo en común: toman herramientas desde mucho antes de que les ocurra la situación por la que pudieran angustiarse; previo a cualquier acontecimiento de la realidad, antes de darle juicio, sentir y pensar, ellos ya presentan una conversación de posibilidad: en lugar de una de carencia, su mente la nutren de cosas que les dan tranquilidad, como el agradecimiento y la aceptación; normalmente son personas que tienen hobbies, cualquiera que sea; y cuando les platicas algo, no te quieren decir todo lo que piensan sobre las distintas maneras en que te podría salir mal, al contrario, te acompañan en el camino.
No quiero decir que no les ocurran cosas que los hagan sufrir, les pasan a lo mejor, y en la mayoría de los casos, las mismas que a los demás, pero previo a cualquier pensamiento negativo logran compensar con positivos; sin duda, también los encuentra la frustración, pero trabajan de manera permanente en su bienestar mental. El tema a trabajar en nosotros es hacer consciente —en muchos momentos del día— conversaciones que nos hagan sentir satisfechos, para que cuando lleguen acontecimientos de otro tipo estemos mejor preparados. En la fábrica de pensamientos de cada quien, podemos generar mucho de nuestro bienestar.
Le platiqué todo esto a mi amigo, y ha decidido hacerse consciente, buscar ayuda profesional y elaborar un plan; lo he visto, cada vez, mejor.
En pocas palabras, Mario opina que: