Difiero... Al conocimiento se llega mediante el cuestionamiento.
CRECIMIENTO PERSONAL: ¿UN PROBLEMA A RESOLVER O UN HÁBITO?

Platicaba con un amigo sobre diversos temas y cosas que le estaban sucediendo. Me dijo que se sentía motivado, que las cosas en su trabajo iban saliendo bien, que su ambiente familiar le gustaba y que sentía que en los demás ámbitos estaba estable, tenía salud, etcétera. Le comenté que siempre que hablaba con él me daba una versión amable de la vida, y que estar cerca de este tipo de personas hace que uno se sienta mejor.
Sin embargo, me dijo que no siempre fue así. En un tiempo, alrededor de siete años antes, sufrió una depresión importante: se sentía totalmente desanimado y fue con un especialista, un psicólogo, y comenzó terapia, la cual le ayudó. En paralelo, descubrió una metodología que lo hacía sentirse mejor, la cual partía del concepto de crecimiento personal, y que eso le había ayudado profundamente.
El crecimiento personal es el área de la psicología que se enfoca en contribuir a encontrar y desarrollar nuestras fortalezas, para ser la mejor versión de nosotros mismos. Al igual que la medicina, durante mucho tiempo la psicología se centró en atender padecimientos, problemas y trastornos, dejando algo limitado el desarrollo humano, cuyo estancamiento proviene de carencias de algún tipo. Alfred Adler, psicólogo vienés, negó que la psicología se limitara al análisis de los problemas y traumas del pasado, y comenzó a desarrollar técnicas que se originan en el potencial que cada quien posee y lo que queremos para nosotros, sin necesidad de pensar que estamos arreglando algo. Se trata, simplemente, de salud mental. Haciendo una analogía, para comer sano o hacer ejercicio no necesitamos sufrir un padecimiento, y lo mismo ocurre con la mente, en la que podemos influir para que sea más plena sin necesidad de tener un problema.
El crecimiento personal no se da de un día para el otro. Al contrario, es paulatino, aunque permanente, y está demostrado que todos podemos experimentarlo. Lo primero que tenemos que hacer es un compromiso fuerte, serio, con darnos tiempo a diario para sentirnos mentalmente mejor, hacernos conscientes; lo segundo es tener apertura para realizar actividades encaminadas a nuestro bienestar emocional y creer en ellas; y por último, tener perseverancia para no dejar de hacerlo. Existen muchos métodos detallados tanto en internet como acercándose a un especialista, pero lo más importante es darnos cuenta de que el tema existe, que es un conocimiento de mucho valor y que nunca es tarde para empezar a desarrollarse positivamente.
Le agradezco la conversación a mi amigo, pues me dejó entrar a este tema lleno de posibilidades.
En pocas palabras, Mario opina que: