Difiero... Al conocimiento se llega mediante el cuestionamiento.
¿BIENESTAR O FELICIDAD? ¿CUÁL ES EL COMPROMISO?

Desde hace algunos años me ha gustado el tema de la psicología positiva. Creo firmemente que tus pensamientos te definen, y podemos moldearlos, o más bien modelarlos, buscar que nos agreguen valor y que no nos lo resten.
Eres un ser pensante, por eso hay que hacerse hábil para pensar. De hecho, tu mente es lo más poderoso: lo que más te afecta y lo que más te beneficia. Un estudio reciente del Dr. Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, busca comprobar la relación entre el pensamiento negativo y el estrés, y éstos a su vez con la salud física. Es claro: la afecta. La buena noticia es que podemos cambiar todos los días la calidad de nuestros pensamientos.
Puedo decir que no me gustan, en su mayoría, los conceptos con los que me he topado en lecturas de diferentes autores que hablan sobre la felicidad. Siempre parece como una meta, algo que se llega en algún momento o mediante algún suceso, que debo vivir en el camino hacia la felicidad y encontrarla, que es futuro. Esta parte es difícil de entender, pues nos deja insatisfechos.
Tomando como base que gran parte de mi realidad es que soy lo que pienso, es decir, existen acontecimientos, incluso en algunas ocasiones dramas, que no puedo elegir, como mucho de lo que me sucede diariamente; pero en cuanto lo interiorizo y le empiezo a dar pensamientos y emociones, es entonces cuando se reflejan en mi estado físico y mental. Esto quizá se quiere interpretar como felicidad, pero en realidad se trata de bienestar. Y me refiero literalmente a estar bien, a estar conforme con lo que me sucede, en paz y en el presente, a tener control sobre cómo se producen algunos de los pensamientos con los que reacciono ante determinadas circunstancias: eso sí depende de mí, y puedo hacerme responsable de buscar ese bienestar.
Las herramientas que he encontrado para acercarme a ese lugar de tranquilidad son básicas, complicadas de conseguir, y requieren de trabajo permanente. Lo primero es aceptar que voy a tener pensamientos negativos y positivos al mismo tiempo; lo segundo es hacerme consciente de que la mayor parte de los escenarios negativos que me planteo no van a suceder; tercero, siempre tengo la libertad de poder generar un pensamiento positivo, y aquí el que más deja huella es el del agradecimiento: todos tenemos algo qué agradecer; cuarto, la mayor parte del tiempo no te va a estar sucediendo nada, sólo estarás viviendo lo cotidiano: busca que te guste; y por último, recordar que sentir o no sentir estrés, miedo, preocupación, enojo o frustración no es importante; lo verdaderamente importante es como me recupero de él, eso sí puedo aprenderlo.
En pocas palabras, Mario opina que: