Difiero… al conocimiento se llega mediante el cuestionamiento
MALAS NOTICIAS, ¿REACCIÓN O RECUPERACIÓN?
Hace algún tiempo estuve platicando con un amigo mío de hace muchos años, vivíamos en la misma ciudad, pero decidió irse con su esposa e hijos a vivir a otro lugar donde le ofrecieron una propuesta de trabajo y la aprovechó; además puso un negocio que gracias a su dedicación y esfuerzo le ha funcionado. Me comentaba que sus hijos se han adaptado a su nueva vida, y su esposa siempre lo ha apoyado. Hasta ahí todo bien. De pronto, me dice: “Tengo algo qué platicarte, necesito que me escuches y me des tu opinión, me acaban de descubrir una enfermedad crónica, en una etapa mediana, el tratamiento es bastante complicado”. Él para nada se imaginaba esta noticia, y menos cuando todo estaba en su vida muy estable: “No sé bien qué hacer”, me comentó, “sin duda atenderme médicamente, pero te hablo más de mi estado de ánimo”.
Me dolió su comentario y decidí ponerme a leer para poder darle mi mejor postura.
Lo primero que encontré es que las situaciones difíciles, cualesquiera que sean, se representan distinto para cada persona, y mucho tiene que ver el pasado que haya tenido; es decir, cuando sentimos miedo, por ejemplo, vamos a nuestro pasado a ver qué significa para nosotros, y lo traemos al presente y catalogamos pensamientos sobre lo que va a ocurrir, sin mucha base: solamente es el pasado y las reflexiones que nos genera.
Lo segundo que descubrí es que hay un mecanismo mental que se llama respuesta de activación, que se centra en la amenaza y silencia toda la información no esencial para prepararnos para luchar o huir. Dependiendo de lo que sea, nuestro ritmo cardíaco aumenta, se libera adrenalina y cortisol, así como azúcar y nuestra sangre se concentra en nuestros músculos; sin embargo, entre más amenazados nos sentimos, menos acceso tenemos a la parte analítica de nuestro cerebro.
Algo que tenemos disponible y también es necesario entrenar, así como contamos con una "respuesta de activación", también existe una respuesta de adaptación e incorporación. Me explico: el dolor y la sorpresa desagradable de lo que estamos pasando no van a cambiar, no lo debemos callar, al contrario, tenemos que aceptarlos y atenderlos, de preferencia de manera profesional, como siempre lo recomiendo, pero también es necesario ayudarnos a transitarlo. Cuando estemos listos, podemos pasar a un siguiente pensamiento, sin invalidar el primero, pero analizando todas las demás conversaciones que tenemos disponibles y que son igual de reales y no nos generan dolor; lo siguiente es revisar nuestras opciones, determinar un plan de acción y poco a poco sumarlo a nuestra vida como una realidad más e incorporarla al resto que la conforman.
Lo que me pareció muy interesante es que, ante cualquier situación desagradable, no puedo cambiar lo que me sucede, pero sí puedo trabajar en mi recuperación y en cómo lo gestiono; esto sí lo puedo construir.
Le comenté lo que había investigado a mi amigo. Actualmente se está atendiendo en la parte médica con buenos resultados y junto con su familia abrió distintas conversaciones y actividades que lo mantienen motivado y ocupado. Lo sentí diferente, mis mejores deseos para que se recupere.
En pocas palabras, Mario opina que: