ATREVERSE A IMAGINAR Y APRENDER
IMPOTENCIA. DÉJALOS, DÉJAME Y DEJEMOS A DIOS

Cuando no logramos lo que deseamos ya sea a nivel personal, profesional o en cualquier situación, la emoción que normalmente sentimos es impotencia. Sin duda, sentirla, pues hay millones de situaciones que no controlamos, es inevitable.
Existe una teoría que a mí me hizo sentido y ha cambiado la forma en la que me relaciono con esta emoción; la encontré en el libro Déjalos, de Mel Robbins; aquí ella explica en primer término que, ante cualquier situación externa a nosotros, nos repitamos esto: Deja que cada uno haga, decida, elija lo que considere mejor; en segundo término, expone que una vez que aceptas que cada uno puede elegir lo que desee, viene la parte en la que sí tienes absoluto poder y control: Déjame a mí reaccionar. En esta segunda parte de la teoría nos indica lo que en verdad sí depende exclusivamente de cada uno de nosotros pues en realidad como diría Viktor Frankl: “Nos pueden quitar todo menos la habilidad y capacidad para responder ante cualquier situación”. Si nos sentimos atrapados y por ello sentimos una enorme impotencia dentro de una relación, de un trabajo o cualquier situación complicada, empecemos por preguntarnos: ¿Cómo quiero estar en este momento? ¿Qué pequeñas decisiones puedo tomar hacia el cambio en la situación? Tener claridad sobre que lo único que en verdad nosotros podemos modificar, controlar y decidir es cómo reaccionamos ante las situaciones que nos generan impotencia y eso puede hacer la diferencia. Ahora bien, si la indecisión es parte de mi reacción ante la impotencia, recordemos que elegir no decidir es una decisión con sus propias consecuencias y debemos responsabilizarnos de ello. Este cambio de paradigma a mí me ha funcionado pues entiendo que yo soy la única responsable de lo que siento y de cómo reacciono; este cambio elimina el papel de víctima y me hace tomar absoluta responsabilidad de mis emociones, expectativas y reacciones. Ser responsable de mis reacciones no es nada fácil pues siempre es más sencillo culpar a los demás o querer controlar las reacciones o actitudes de otros.
A la teoría de Mel creo que vale la pena agregarle una tercera parte para la Impotencia: Déjalos, déjame a mí reaccionar y la tercera sería: Aceptar los actos de Dios o de la naturaleza que no hay forma de entender (desastres naturales, muerte de alguna persona querida, una enfermedad). En estas situaciones no hay absolutamente nada que podamos hacer para cambiarlo, la única ruta posible es aceptarlo y desde ahí regresar a la segunda parte de la teoría: Dejarme reaccionar ante la situación que acepto que no puedo cambiar y, aún a pesar del dolor, siento que tengo la capacidad de responder ante ello desde un lugar dentro de mí que me permita seguir adelante.
Seguir esta teoría sin duda no es sencillo pues elegir actuar desde nuestra mejor versión en lugar de hacerlo desde el miedo, resentimiento o la impotencia es de lo más complicado; sin embargo, nos regresa la responsabilidad de nuestras emociones, elecciones y, por ende, de nuestra vida.
En pocas palabras, Andrea opina que: