Difiero... Al conocimiento se llega mediante el cuestionamiento.
¿AUTOCOMPASIÓN O AUTOCOMPLACENCIA?
Estábamos, hace unas semanas, un grupo de amigos cenando; nos vemos periódicamente y siempre la idea es ponernos al día en lo que a cada quien le sucede y disfrutar de volver a contar anécdotas viejas que siempre son iguales pero nos provocan la misma risa. Uno de los que estaba ahí empezó a describir una situación que le estaba sucediendo con respecto a su negocio, no estaban tan bien las cosas, pero me llamó mucho la atención que él expresara que entendía lo que le sucedía, lo aceptaba, y que él pensaba que siempre le pasaban cosas malas, y que así como hay gente con mucha suerte y las cosas le salen, existen otros que muy pocas veces tienen fortuna, pero que a este mundo habíamos venido a ser felices y que no se iba a sentir mal.
Quise investigar este concepto porque no me dejó tranquilo su plática, era demasiado pasivo y conformista. Encontré un tema que es la autocomplacencia, que se define como la satisfacción excesiva e indulgente consigo mismo, sus actos o sus cualidades, pudiendo manifestarse como una actitud poco crítica que impide la mejora, pero más aún no ayuda para nada al bienestar emocional, es decir no nos sentimos más tranquilos, al contrario, nos genera emociones desagradables como la tristeza, el enojo o la envidia, y que es muy común manifestarlo para aparentar, o formar un escudo ante ti y los demás sobre lo que te pasa.
Pero, entonces, si partimos de que atender mi salud emocional tiene que ver con aceptar la realidad, ¿cómo sería el aspecto positivo de esta plática de mi amigo? Encontré un concepto distinto llamado autocompasión, totalmente diferente al que expliqué anteriormente; entendemos que la compasión es el sentimiento de tristeza o inquietud que puede producir en una persona el ver que un tercero está padeciendo, y provoca que la persona que la siente quiera ayudar, o acompañar, y de alguna manera contribuir a mejorar esa situación. Por tanto, entenderíamos que la autocompasión tiene que ver con el proceso mediante el cual la persona logra compadecerse de sí misma en un caso desfavorable que haya tenido.
Kristin Neff, especialista en temas de autocompasión, la divide en tres aspectos: el primero, la bondad con uno mismo, que básicamente es comprenderte, escucharte responsablemente; el segundo, la humanidad compartida, que significa comprender que todos están pasando por problemas, y que tu padecimiento no es único y aislado, sino que todos tienen sus preocupaciones; y el tercero de estos aspectos es el de la atención plena, que tiene que ver con establecer un plan de acción, con entrenar mi voluntad y hacer cosas con fecha, con hora, diferentes que me lleven a volver a ilusionarme, a vislumbrar posibilidades: sólo te pasarán cosas si quieres que te pasen, hay que emocionarse con el juego de la vida, con los desafíos, y hay que ser protagonista. Está demostrado que cuando llevas a cabo este proceso de autocompasión, en tu cerebro ocurre un proceso químico que al hacer distinto y tener tu plan empiezas a ver oportunidades en muchos lugares, pero necesitas echar a andar, traerte al presente y actuar, eso sí genera bienestar emocional, tranquilidad mental, que es lo que muchos buscamos.
Esta información se la di a mi amigo y al parecer su plan va funcionando.
En pocas palabras, Mario opina que: