ATISBOS DE CONCIENCIA
”El miedo”

Las emociones son recursos con los que todos nacemos. El miedo, la tristeza, el coraje, están al servicio de nuestra vida y nuestra supervivencia. Cada una de estas emociones, aunque pueda resultar incómodo experimentarlas, nos ayuda al advertirnos que tenemos una necesidad no cubierta. Enfoquémonos en el miedo y distingamos sus tipos.
El miedo es una emoción básica e intrínseca, quizás la primera que siente el ser humano desde el momento del nacimiento. Después de pasar nueve meses en el vientre materno, sintiéndose seguro y cercano a la madre, la experiencia de separación, ausencia o falta de disponibilidad de ella puede resultar devastadora, dando lugar al miedo primario. Este tipo de miedo puede persistir indefinidamente en la persona, surgiendo ante la falta de seguridad, lo que indica que la necesidad universal de sentirnos seguros está amenazada.
Reconocer que algunos de los miedos que manejamos en nuestra vida provienen de nuestra temprana infancia puede no ser fácil, ya que no los recordamos y desconocemos su origen.
Pero también existe otro tipo de miedo que no está relacionado con nuestras experiencias de vida, sino que es inherente a nuestra naturaleza humana. Se trata del miedo natural que sirve a nuestra vida, el cual sentimos cuando algo amenaza nuestra seguridad y nos indica la necesidad de cautela y precaución. Sentir miedo es natural y es útil.
No obstante, la represión de las emociones es un fenómeno generalizado, especialmente en lo que respecta al miedo, que además está culturalmente más permitido en los niños y, a veces, mal visto en los hombres. Estos estereotipos fomentan su represión, lo que puede privarnos del sentido de cautela y precaución, exponiéndonos aún más a la amenaza.
El manejo de las emociones es un aspecto importante de la salud integral. Pero manejarlas no significa desaparecerlas o reprimirlas. El buen manejo consiste en reconocer la emoción, darle cabida como algo natural y humano, hacer de esto algo legítimo, sin juicios, y emplear recursos para transitar el espacio emocional mientras se presente. Pero eso ya es otro tema.
En pocas palabras, Norma opina que: