ATISBOS DE CONCIENCIA
¿Cuál es tu fuente de motivación?

Durante 21 años trabajé en un colegio; asistí todos los días y me enfrenté a diversos retos, desde los que tienen que ver con mis capacidades docentes, las capacidades y los obstáculos para el aprendizaje de los alumnos, el manejo de conflictos entre alumnos o con los padres de familia, hasta finalmente, los de mi función directiva y lo que esto conlleva. Cuando dejé la institución, hice una recapitulación y me di cuenta de algo que ha marcado mi vida por siempre: Todos los días me sentí motivada para asistir. En esa introspección descubrí cuál era el factor que detonaba mi motivación: saber que mi trabajo valía la pena.
Por otro lado, ahora que atiendo temas de crianza, sé con certeza que el tiempo invertido en esta gran labor de acompañar a mis cuatro hijos en su desarrollo es un trabajo que vale la pena. ¿Qué mayor motivación podríamos tener al sentarnos a jugar con un niño, o dedicar tiempo a escuchar al hijo en sus tribulaciones?
Ahora tomo conciencia de imprimirle valor a lo que hago, para desarrollarlo con gusto y mantener la motivación. Esta es precisamente una motivación interna o, como se le llama, intrínseca.
Es verdad, la motivación también se obtiene por factores externos, como son el reconocimiento, el dinero o los premios, e incluso nos puede motivar el evitar castigos o consecuencias negativas. No obstante, esta motivación, llamada extrínseca, está fuera de nuestro control, ya que podemos hacer algo motivados por un reconocimiento, y finalmente no obtenerlo; o bien, por buscar un premio que no logramos alcanzar.
Y aun cuando no minimizo la motivación externa, estoy convencida de que la mejor fuente de motivación es la que nosotros mismos nos fabricamos, misma que nos lleva a actuar por un verdadero interés propio y por la propia satisfacción. Lo que hacemos puede que no lo realicemos solo por el sentido exclusivo de hacerlo, sino por alcanzar un logro personal o a veces por la conquista de la autonomía.
Creo que conocernos es uno de los requisitos principales para potenciar nuestro desarrollo personal; y en el tema de la motivación conviene conocerla y descubrirla en lo que decidimos o en lo que hacemos, porque si la conocemos, podemos mantenerla y alimentarla.
En pocas palabras, Norma opina que: